(Santiago Feliú)
A guitarra limpia Sin Julieta
Ola,
borra de su vida aquel recuerdo:
ella no fue real,
fue un ángel asustado que cayó en su corazón,
una brisa iluminada,
un azar inesperado
del amor que, como vino, se escapó,
como jamás, se convirtió.
Luna,
luz enamorada de silencio,
precisa respirar,
anida en esas almas que no saben dónde estar,
esperando todavía,
enterradas en sus vidas,
inocencia del amor,
cosas que jamás esperarán.
Caminos que entrelazan ríos de la memoria,
misterio que equilibra.
Luciérnaga de todas las noches solitarias
ampara su ventana.
Tiempo,
pasa sin remedio, pero ten piedad.
Que adentro solo está
buscando la salida
el nuevo sueño de partida,
de esperanza en la aventura,
de la calma prometida,*
una salvación vital,
fuerza para amarnos.
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